Una de las preguntas más comunes en mis pacientes obstétricas es: “¿Puedo hacer ejercicio y correr ahora con el embarazo?”, y yo les respondo generalmente: si siempre lo habías hecho antes, no veo por qué no, pero… si nunca lo habías hecho antes, no entendería ¿cómo para qué?
Más, el embarazo, NO es un padecimiento, es algo natural por lo que ahí sí procede el dicho de, “si con agüita se está curando, agüita le sigo dando”. En una enfermedad, funciona a la inversa. En un proceso que pone en riesgo nuestra vida como el cáncer, la respuesta sería: Haciendo lo que hacías y comiendo lo que comías hasta ésta jornada, llegaste a lo que tienes el día de hoy, ¿no quieres ya padecer lo que hoy te enferma?, hagamos lo opuesto a lo que hasta hoy hacíamos. No se obtienen resultados distintos, haciendo lo mismo.
Pues bien, la alimentación forma parte importante tanto en la parte preventiva, como en el manejo de la enfermedad y en la recuperación del paciente.
Sabemos que hoy jueves es el día mundial de la lucha contra el cáncer, puedo no estar de acuerdo con ninguna lucha, pero hoy-hoy, les comparto algo que me parece importante en el manejo de esta terrible afección, que violenta no solo a quien lo padece, sino a todos sus seres queridos.
Tenemos que recordar que una vez que se detecta esta enfermedad, inicia no una lucha, sino un proceso. La primera parte de ese proceso y que ha de acompañar al paciente hasta el final, sea cual sea el desenlace es: el auto conocimiento (estado de consciencia).
El paciente deberá de entender primero que el estado en que se encuentra ahora (cáncer) no fue por un solo motivo (es multifactorial), no fue un castigo, no se lo heredó nadie, pero aún más importante y maravilloso: la recuperación y el resultado final depende en gran medida de sus acciones a partir de ese momento.
La primera pregunta que les pido que se hagan es: ¿durante esta experiencia de vida han comido sano? La respuesta se encuentra fácil, recordemos que todo lo que pasa por nuestra boca, todo lo que hemos de masticar, tendrá que ser liquidificado (convertirse en líquido). Pasar por ese proceso, apoyados con la saliva, enzimas, ácidos y otros químicos degradantes, que se encuentran en nuestra boca, estómago, hígado y vías biliares, páncreas, intestino y demás componentes del aparato digestivo. ¿Será lo mismo convertir en líquido un T-bone con papas fritas, tortillas de trigo y un refresco de cola, que una ensalada de verduras crudas, aceite de oliva, arroz, granos y limonada? Si en nuestra alimentación antes de la enfermedad, el 51% de lo ingerido NO era crudo (frutas y verduras) entendamos que no le hemos hecho NADA fácil la tarea a nuestro organismo, debemos tenerlo claro.
“¿Quieres padecer lo que tiene tu comunidad?… Haz lo que hace tu comunidad.”
De tal forma que, si en este acto de conciencia reconocemos que lo que hemos comido NO eran frutas y verduras crudas en al menos 51% de nuestro consumo diario, ahí tenemos ya una medida para comenzar a utilizar y auto-tratarnos. Ya contamos con un nuevo hábito para iniciar el proceso de ayudarle a nuestro cuerpo, a ésta máquina maravillosa, con que nos dotó la naturaleza. Para hacerle más fáciles las cosas ahora que tendrá que optimizar recursos para su propio proceso de sanación ¿le será más fácil si tiene todos sus recursos cómo sangre, defensas y vías de eliminación, enfocados en deshacerse de células cancerígenas?, ¿O si los tiene ocupados y atareados, tratando de digerir alimentos complejos, procesados, sintéticos o no aptos para el ser humano?, ¿Le ayudas o le obstruyes?…
Cambiar de hábitos no será complicado si tenemos claro lo que está en juego, lo que deseamos para el resto de nuestra vida. De la misma forma que dejamos de ingerir los alimentos arriba mencionados, basados única y exclusivamente en la lógica que tiene un soporte científico, desde luego, ¿será lógico que el ser humano sea el único mamífero que consume lácteos de otra especie? Entender que los derivados de la leche de otra especie que no sea la nuestra, NO nos resultan BIODISPONIBLES, o sea, no están hechos para nuestro consumo y por lo tanto le terminan siendo difíciles o imposibles de asimilar a nuestro cuerpo. Lo mismo con las harinas refinadas, específicamente la harina de trigo. Imaginemos todo el proceso que tomó la elaboración de una hogaza de pan, repostería o tortilla ¿le resultará fácil a nuestro organismo hacer de eso algo asimilable?…
El asegurarnos de que mínimo el 51% de nuestra ingesta diaria de alimentos sea basada en alimentos crudos (frutas y verduras), eliminar los productos lácteos y las harinas de trigo es indispensable para ayudar a nuestro organismo a sanar y eso que hoy no hablamos de las emociones mis amigos ¿tendrán un papel importante?, ¿reaccionando como lo hemos hecho, tenemos el padecer que hoy nos enferma?, ¿habrá que cambiar nuestro manejo de las emociones y nos servirá?
Quizá contestándonos éstas preguntas de manera honesta, sea que el primer paso esté tomado y a la par, dejaremos de ver al cáncer como un monstruo asesino contra el que hay que luchar, y le comencemos a ver cómo un gran maestro, con el que fluiremos y aprenderemos con la paciencia con que asimila un alumno, de hacerlo así, las posibilidades no solo de sanar sino de obtener la mejor versión de nosotros serán mucho mayores, que las de un desenlace fatal.
Les comparto un texto que en verdad puede convertirse en una extraordinaria guía para quienes desean no solo tratar, sino prevenir. Escrito por el Dr. Richard Belibeau «Los alimentos contra el cáncer» que le da el soporte científico a todo lo que acá, hoy les comparto jugando un poco con la lógica y las palabras. En lo que lo consiguen, pueden visitar su página en: www.richardbeliveau.org y conocer a fondo, de los centros de investigación donde se trabaja para a un futuro mejor.
El Dr Carlos es: Médico Cirujano, especialista en Medicina Hiperbárica y Subacuática. Tiene algunos diplomados, pero le gusta más cómo se ve su foto en el de Bioenergética, dice que es miembro de Asociación Latinoamericana de Ozonoterapia y le creemos. Se admite domador de Vespas y Bicicletas. Le hemos visto como nunca antes. Le hace al escritor de a ratos, si le pichas una caguama es tu asesor nutrimental, dícese abandonado a su suerte, pero reconocido promotor del “te amo”. Para ahorrar desodorante se afeita las axilas y empareja el pubis, nomás porque se ve bonito, es terco como corredor y maratonista, observador y narrador con y sin drogas, amputador de preconceptos en sus ratos libres y amante correspondido de la medicina integral.
Dr. Carlos Patricio Collado Zamarrón
Medicina Integrativa y Funcional
@Carlos_MD
los hábitos con los que crecimos no han sido los más acertados incluyendo la alimentación
es importantísimo cuidar y respetar tu cuerpo por ende alimentarse equilibridamente evitará enfermedades
Me gustaLe gusta a 1 persona
Exactamente 😊 ¡Gran abrazo y gracias Oscar!
Me gustaMe gusta