Siempre he pensado, que para que un perro se llame perro, necesita pelear de manera callejera su pedazo de pan todos los días. Si vive en casa con exceso de mimos, deja de ser perro, entra en una zona de confort, para convertirse en un animal de compañía… Una cosa no anula a la otra y no estoy dando nada por bueno o malo, sólo es mi opinión. Ahora, ¿Qué puede ser más salvaje qué un perro negro y callejero? (Cómo la canción del TRI) Pues un Coyote, no cualquier Coyote… Un Coyote Ugly ¿a qué voy con esto? Sigan leyendo, que ya les informo.
Jueves en la Bipo con la banda Malportada y bien prendida, ahora sí se juntaron hartos vespistas… agradezco enormemente a la Bipo Roma por la botella de mezcal que le obsequiaron a su servilleta, con motivo de mis 41 primaveras. Me enternecieron y luego me empedaron. Yo sabía que no podía combinar chela con mezcal y pastel, pero lo hice. Y entre los azúcares de estos tres elementos se encargaron de que pasara una noche irreal. La cosa había iniciado perfecto, ya llevaba como dos días sin chupar más dos semanas a mis espaldas sin ir al gimnasio, así cómo, con antivirales-antitusígenos por la gripa y tos que me bullyaban. Llegué y muy formal el muchacho, decidí que sólo, bebería agua de pepino (no es albur putos) pero, poco me duró el gusto, a los 5 minutos, mi mente científica, comenzó a ver las posibilidades de mezclar ciertos componentes “con medida” y me aventé el silogismo mexica de: una, no es ninguna y bla bla bla… Acto seguido, llega Camacho con botella de mezcal en mano, caballitos pá la banda y que inicia el despiporre ¿Algúna vez han mezclado ambroxol, salbutamol, azitromicina, nimesulida, fenilefrina, cafeína y ácido acetíl salicílico con chela, mezcal y pastel?
Sí, llegó Don Ángel con su pandilla, Adri1 y Adri2 para invitarnos un pastel en celebración de su 87 aniversario. Cómo bien sabrán es regla mamarracha de este H.H.H. Club que al cumpleañero en turno, se le pase la estafeta de presidente y asume ese puesto, en lo que otro Malportado cumple años y se convierte en el nuevo mandatario. Quiero impugnar. Don Ángel, no debería ser presidente y tumbarme del puesto tan rápidamente, simplemente, porque no lo he visto en Vespa más que en fotos de hace cómo 2 años. No rodar con la banda y declararse Malportado es cómo ser fiel y no tener novia. Mis estimados, las Vespas se ven muy chingonas afuera de sus casas, aparcadas y limpiecitas o guardadas en la cochera, sí. De igual forma, los barcos se ven fre-go-nes en los muelles, pero fueron hechos para navegar. En pocas palabras, el pito no sólo es pá mear y si tienen problemas les prescribo Viagra o Rivotril o lo que quieran, pero dejen de pegarle a la felatia. Sugiero. El otro día, me preguntaba una reportera ¿qué nos diferencia de los jarlieros, cómo motoristas?… Yo le respondí contundentemente: Ellos, usan la moto solo el fin de semana, solo como patrocinio de su ego y nosotros, nosotros rodamos diario, es nuestra forma de vida. No me hagan quedar mal Malportados.
Después de la Bipo, decidimos ir al “Perro Negro” un restaurante-bar, con la intención de ver opciones para el 5º Encuentro Nacional Vespa, pero el cosmos, que es todo poderoso y más omnipresente que los oxxos, decidió que la banda Malportada merecía un mejor destino, el Perro Negro no nos merecía y que nos vamos con otro can, tan silvestre cómo nosotros al “Coyote Ugly”.
Amigos, no les diré cómo estuvo la onda en ese tugurio, sólo me limitaré a compartirles que nos trataron cómo verdaderos Malportados que somos. Imaginen entre otras cosas, a chicas bailando-contorsionando en la barra, mismas que cada que te entregan tu vital combinación líquida de lúpulo y cebada, te ven con cariño, te guiñan un ojo y afirman con una sinceridad arrolladora: Aquí tienes mi amor… ¡Supera eso puto Starbucks!… ¡Hijo de guacho nieto y compañía!… Yo propongo que vayamos más a menudo a ese recinto de cultura y bienestar o mínimo qué después de cada junta preparativa en Chepo’s place, le caigamos para aflojarnos las ideas y evitar el insomnio. También sugiero.
Ya con esta me despido, si no han probado el cóctel que arriba les mencioné, se los recomiendo, primero sienten cómo amorcito rico en el pecho y luego agarran un pulso irreconocible, se afinan los sentidos, se aclaran las ideas y se vuelven inmortales.
Vivan la Vida Vespa… Que nada les cuesta.
(Fotos de Jaime y Emma)
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