Segunda parte de: La Vespa roja y la panadería budista.
La Vespa roja y la panadería budista (1 y 2)
Acabábamos de terminar la clase de yoga. Nos subimos al auto mi novia y yo. Ella me había convencido de que entrara a estas dinámicas, pues pensaba que ayudarían a controlar mi déficit de atención no diagnosticado, así como mi ansiedad disfrazada de hiperactividad.
Sabes amor, llegué de vuelta tarde a la panadería. ¿Sí? el tráfico esta de la fregada, supe que los de los 400 pueblos otra vez tomaron reforma, eje central e insurgentes, que han engordado aun más, pues a los tamales que les regala gobierno, les meten manteca de cerdo drogado con krocodil. Te quería contar Ale, un paciente me recomendó que me consiguiera una moto, que con eso se esquiva el tráfico y en verdad lo estoy considerando. Ay Patricio, tú con tus inventos, tienes 30 años corazón, ya no estás para esos trotes, al rato…
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