Existen muchas formas de demostrar la malportadez, vaya… hasta lo que hace el compañero Miguel A. Navarrete (mejor conocido en el vago mundo como “Mr. Burns”) de andar con su Vespa de niña en medio de esta bola de borrachos amantes de los 2 tiempos, puede ser considerado como una rebeldía o una “malportadez”. Rodar con este grupo es complicado. Es difícil. Esto pasa por diferentes “por qués”, de entrada, planear una salida como la del pasado domingo a Xochicalco es toda una aventura. Un desmadre. Los que no llegaron tarde a la cita acordada, como un servidor, no llevaban suficiente aceite, casco adecuado, gafas, llanta de refacción o varo… Ya en el camino, caí en cuenta en que probablemente ninguno sabíamos realmente de mecánica, solo el paquete básico que incluye: revisar el aire de las llantas con una patadita o un apretujón y ver que el contenedor de aceite tenga de este vital líquido. Para algunos podríamos parecer una sarta de pendejos, yo nos visualizo como unos cabrones muy osados. Malportados.

El día no iba a terminar bien, mal presagio con la ponchadura del Chepo que casi se ve arrollado por un colectivo, cuando apenas nos encaminábamos a la salida del Defectuoso. Eso sí, estoy seguro de que hicimos un trabajo muy chingón en cambiar la llanta como si fuéramos encargados de algún pit de F1. Lo coronamos en menos de un minuto. Ahora precisábamos de un bolillo pál espanto, lo más cercano fueron unas quecas y un par de Vickys en 3 Marías. Estoy seguro que el Chepo no se hará diabético por el susto. Afortunadamente mi llanta de refacción tenía aire y consistencia para ayudarnos a continuar el camino. Prestarle una llanta a un compañero caído en carretera en el mundo del Vespista es lo mas cercano a donar un riñón.

Llegamos a Xochicalco para percatarnos que en efecto, eran sólo piedra sobre piedra. El Malportado-Vespista es cultura ¡Sí señor!… Pero el pinche solecito, “la calor” y las ganas de echar desmadre ya nos pedían una fonda, restaurante, tugurio, congal o cantina. Claro que nos acompañaban malportadas, todas muy rifadas. Mención aparte para Aide, la morra del Rinconcillo que no sólo es buena en el arte del albur, el aguante, el cheleo y en mandar a la verga a quien se lo gana sino que también maneja pocamadre y corre como demonio en su Vespa hasta donde los 150cc se lo permiten.

Después de ver los mejores pasos del Suzuki con Tania, comunicadora que nos está usando para un estudio antropológico o un reportaje (aún no decide) compartir la pista con un imitador de Andrés Aguilar (Guanga) y preguntar ¿quién cogió? como sucede cada vez que nos dan la cuenta, retomamos carretera para regresar a nuestro lugar de origen. La lluvia tenía otros planes, nos hizo calzón chino y nos bulió todo el jodido camino. Llegamos empapados… Hasta el cutis, pero con bien y con ganas de planear la siguiente.

Anoche tuvimos fiesta jalowinera, pinchó el Cocol y 2-3 carnales se pulieron con el disfraz, vientos por Pepe Mayorga que iba de Willy Wonka y se hizo de algunas groupies. Osvaldo, hermano ¿Cuántas veces te preguntaron si eras Wally, incluyendo la mía? … Alex, mi buen Austin… En serio pensé que llegarías con algún disfraz de Chico Che o del Agente Powers, pero ya se nos hará verte en la próxima, luciendo la terlenka que es cómo tu segunda piel. No podía faltar el clásico de Don Femania vestido de Yegua Arrabalera. Espero nadie se ofenda porque menciono a un jarliero (se disparan unas salvas por el amigo que se fue al lado poser de la fuerza). Todavía hoy sigo preocupado por Emmanuel, esas son pedas y no pinches biwis italikas. La fiesta terminó como debía, con un slam ¡qué buenos putazos!… Empujones, pellizcos, codazos, patines y algunos daños a la Bipo que esperemos no nos cobren en el próximo jueves. Si pudiera describir a la banda Malportada con una palabra o una acción esa será el SLAM. El slam como epítome del malportadismo.

Dr.
Carlos
Collado
Zamarrón