Gracias

Si a mis versiones pasadas; a la de niño, adolescente, estudiante de medicina o incluso mi yo de hace 5 años le hubieran dicho que a los 50 años me sentiría en la mejor forma física, mental, espiritual no lo hubiera creído, si le hubieran dicho el tipo de pacientes que estoy tratando, a gente que admiré -que aún admiro-, que mueven a nuestro mundo y que idealicé pero que ahora me ponen su salud y la de su familia en mis manos, no me lo hubiera creído, si le hubieran contado a esa versión que iba a tratar al ser humano no únicamente por el padecimiento obvio que identifica porque le duele o incomoda, sino en sus orígenes y epicentro y que este mismo proceso de tratarle y ayudar/colaborar en su proceso de sanación me llevaría a mi propio autoconocimiento y sanación le habría dicho que seguro era una broma.

Todo me ha sido dado. El sacrificio de mis padres, de mi madre en cada instante de mi vida haciendo todo tipo de trabajos o inventándolos, de mis hermanos para apoyarme siempre cuando lo necesité, de familiares y muchísimos «desconocidos» que por aquello que conocemos como “lo bien pinche raro”, confiaron en mi sin que yo hiciera mucho para ganarme esa confianza, todos participaron para que hoy esté en este momento que después de ver todo lo que ha ocurrido, no me atrevería a decir que es mi techo. Y es precisamente esa educación que me dieron mi papá y mi mamá la que me hace a la par entender que todo es temporal y que así como llega se va, pero que hoy en la medida de lo posible lo disfruto y a la par es frustrante -qué contradictorio-, porque tengo tan llena mi agenda en consulta, sin espacio en meses por venir que no alcanzo ni a darme el tiempo ya no digamos para esos pacientes que quieren que les trate, sino de estar con quienes a veces quisiera compartir tiempo o quizá estar simplemente solo, a veces no alcanzo a contestar todos los mensajes y dudas de los pacientes, que me desespero y que por lo mismo sacrifico y sacrifiqué tiempo de calidad con mis hijos, con mis ex parejas, conmigo pero sé y estoy consciente que es lo que yo escogí, porque toda la vida supe que sería médico y amo ejercer como médico aunque cada vez me cueste más definirme como tal porque la misma conciencia me ha hecho ver lo limitante que es el concepto de médico a veces cuando realmente quiero hacer todo, hoy me podría morir y estaría pleno, agradecido y a la par puedo seguir porque cada ves pulo mas eso de vivir bien intensos mis ahoras.

Quizá esto es solo un señalamiento en el camino un reconocimiento de que todo me ha sido dado, de que estoy en la muy privilegiada posición de ayudar a otros en sus padeceres y eso me ayuda a mi a sanarme y conectarme con todo, esto es solo un señalamiento en el camino para agradecer a Dios y cada persona que a lo largo de estos 50 años me ha dado sin que en verdad yo haya hecho mucho o nada para merecer ese regalo, todos mis Tíos: Gilles, Issa, Amelia, Javier, Norma, Roel, Jorge, Judith, Rosy, Sergio, Martha, Chano, y de la parte de mi padre a Jorge, Rubén, Irma, Martha Dora, mis abuelos Carlos, Irma, Bertha, Francisco; mis hermanos Eduardo mi querido Eduardo que has sido como el mayor cuando eras menor que yo, Sergio mi Checo hermoso con el corazón más grande y blando, Irma mi amada hermanita a quien siempre recuerdo cómo niña, siempre como la conciencia amorosa de la familia, Nelson que ha como hubiera querido haberte disfrutado más en tu inteligencia tan aguda y generosa que me enseñó a amar a mi padre de manera indirecta. Todos mis primos, cada compañero de la escuela, cada momento de necesidad. Este señalamiento solo pretende agradecer porque neta no he hecho nada, todo se me ha dado amorosamente, gracias Anabell, Paola, gracias a sus padres por su existencia a mis hijos hombres libres y con el corazón más grande porque tuvieron el mejor ejemplo en ustedes.

Si mi yo de hace 30, 20, 10 o 5 años hubiera sabido lo pleno que estoy el día de hoy quizá se hubiera relajado un chingo, pero todo pasa cuando tiene, no todo es perfecto, en medio de toda esta gratitud y todas estas bendiciones si cargo con un dolor muy profundo y un hueco que ahora sé que nunca voy a llenar, pero con la conciencia de que la vida también es eso y también eso agradezco porque hoy solo quiero agradecer con cada célula, con cada átomo, con todo mi ser porque he sido muy afortunado y estoy consciente de ello.

Perdón a todos los que lastimé, a mis hijos por el tiempo que bo les di, a las mujeres que confiaron y decepcioné, Nunca hubo mala leche, soy un empírico en esto de vivir, y en la misma fuerza que les pido e perdonen les digo que les agradezco y les amo.

Gracias, gracias, gracias…

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