Hablando del inicio del caos, ventanas rotas y la meditación.

Una forma de entender el caos que a veces llevamos dentro, es con dos teorías que están íntimamente ligadas entre sí: la teoría de las ventanas rotas y la del inicio del caos. De ellas es que se desprende el texto Arreglando las ventanas rotas George L. Kelling y Catherine Coles, podemos ejemplificar perfectamente lo que ocurre en nuestro cerebro cuando el estrés, el insomnio y las preocupaciones entre otras tantas ideas o pensamientos que se van acumulando, nos atacan y hacen pensar que no hay para dónde ir.

El libro, así cómo la teoría tuvieron un recibimiento en la lógica y entendimiento colectivo que el mismo alcalde de N.Y. Rudy Giuliani instauró su famosa política de “tolerancia cero” con la recuperación de la ciudad de Nueva York que entonces no parecía tener orden. Un ejemplo del texto, es el siguiente:

Consideren un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se repara, los vándalos tenderán a romper unas cuantas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio; y, si está abandonado, es posible que lo ocupen ellos y que prendan fuego dentro. O consideren una acera o una banqueta: se acumula algo de basura; pronto, más basura se va acumulando; con el tiempo, la gente acaba dejando bolsas de basura de restaurantes de comida rápida o hasta asaltando coches.

Un ejemplo más cotidiano lo podemos ver en nuestros coches, si dejamos esa envoltura que se le olvidó a quién ocupó el asiento del copiloto en el último aventón que dimos, será cuestión de horas o muy  pocos días para que el auto requiera nuevamente aspirado y limpieza a detalle en general… ¿pasa igual con nuestro cerebro y la corriente de pensamientos? Sí.

Y ahí es donde entra la meditación para ayudarnos en el diario vivir a no acumular tanto que nos impida dormir, tener una sana digestión, enfermar de nuestros órganos internos o externos. Ayuda a que fluyamos entendiendo que no venimos a esforzarnos ni a hacer para merecer, a priorizar lo que realmente amerita nuestra atención, la entrega de nuestros sentidos al 100%, y qué no.

“La meditación supone la muerte del yo y la inmortalidad del presente”

Jiddu Krishnamurti

Ya en mis columnas anteriores sobre MEDITACIÓN FILOSÓFICA y en la de APRENDIENDO A RESPIRAR, MEDITAR Y SANAR (https://finciprio.wordpress.com/2016/11/28/meditacion-filosofica/) hablaba de las diferentes técnicas para meditar, de su importancia en lo que llamo “el armario desordenado”, de cómo la meditación, siguiéndola paso a paso, tal como ahí la ejemplifico, nos ayuda a “sacar todo del armario” primero… o sea, extraer todos los pensamientos o motivos de enojo, ansiedad o preocupación de la jornada, para después de verlos escritos en un papel, analizarlos uno por uno, descartar lo que de plano era una exageración e incluso en el que se suponía más alarmante, la meditación nos dará las herramientas y el temple, para ver cómo  con el desenlace menos deseado, tenemos en nosotros la capacidad para salir adelante.

Las 4 leyes de la espiritualidad:

1.- La persona que llega, es la persona correcta.

2.- Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido.

3.- En cualquier momento que comience, es el momento correcto.

4.- Cuando algo termina: termina.

 

 

Así, si lo que deseamos es evitar el “caos” que tan fácil puede reinar en nuestras mentes, es muy posible que con las herramientas que nos proporciona la meditación, nos ayude a recoger esa envoltura tirada a los pies del asiento del copiloto, anticipadamente reparemos esa ventana rota teniendo en cuenta qué: “En cualquier momento que comience, es el momento correcto”… ¿comenzamos?

CarLost

4 comentarios

  1. Tan cierto es, qué en este momento tengo literalmente papelitos tirados a los pies del copiloto y seguro varios virtuales en algunos rincones de mi cerebro. Gracias carlos tenemos que extenderlo.

    Me gusta

Replica a Alejandra Cancelar la respuesta