-¿Cómo se va a llamar el niño?
-Encuentro Nacional.
Encuentro Nacional decidieron ponerle al muchacho; su mamá tuvo la culpa, venía de una familia de chovinistas dispersos, México-italiana, anarquistas de boutique que iban en contra de la utilización de los nombres naturales, decidieron llamarlo Encuentro a manera conciliatoria, Nacional fue aporte paterno por haber nacido en el DeEfe ya que todo lo que de ahí emanaba, se le ponía ese atrevido segundo nombre, aunque existieran eventos o recintos más grandes, imponentes o importantes en diferentes partes de provincia… querían trabajar con su autoestima pues; aparte, porque el abuelo había sido uno de los primeros, sino es que el primer mexicano, en aventarse 15 alacranes consecutivos en la famosa cantina “La Nacional” allá por finales de la 4a década del siglo pasado.
Cumplía 5 años y había decidido invitar a todos los amigos de la colonia a una fiesta onda oaxaqueña que duraría exactamente 3 días. La organización se llevaba a cabo con gran pompa y con empeño, en un Rinconcillo trabajaba su abuelo bordando las camisas y haciendo los suvenires que habrían de obsequiar. Don Gerardo, un señor alto y barbado que nos recordaba a los leñadores de la sierra madre oriental, era muy hacendoso, reservado pero borracho. Le gustaba harto la cerveza y odiaba las pláticas de sobremesa, decía que la única sobremesa que toleraba era la que ocurría en las cantinas <<ahí nadie pretende parecer nada>> solía repetir incesantemente, ya se habían ofrecido varios miembros a ayudarle a Don Gerardo, pero como ya dijimos ¿ya lo dijimos?… era celoso de su trabajo, no confiaba mucho en los demás <<lo único en lo que puedes confiar es en la pendejez del ser humano>> repetía entre gruñidos mientras seguía bordando las playeras conmemorativas.
Encuentro Nacional o Nacho, como le decían sus amigos tenía muchos tíos dispuestos a poner su rayita de coca para hacer de su 5º aniversario, una fiesta inolvidable. Muchos aún recordaban la que le organizó su Tío Cha, la primera; que había sido simple pero significativa, cómo varios sospechaban que el Tío Cha era el verdadero padre de Encuentro, pues, solito se había apartado en los pasados cumpleaños pá no generar sospechas, además, actualmente se encontraba Ya Tan enamorado de una morra súper guapa, muy especial, muy diferente a todo lo que antes había conocido, era punk rocker y le leía por las noches poesía anarquista al tío Cha, al calor de unos mezcales, y el porro nocturno relajante que nunca faltaba.
Pero a este su 5º aniversario vendrían tíos de todas partes además del Tío Cha y de los primos locales que ya habían formado una pandilla llamada “Los Malportados”, por ejemplo, vendría gente de Guadalajara, ellos ya reconocidos como los más alcohólicos se llevaban la Corona, aunque frecuentemente perdieran sus Casillas y armaran cada despapaye. Los parientes de Morelia eran probablemente los más recatados, se la pasaban dando recetas de cómo curar crudas aunque no hubieran vivido en carne propia una, aún así el Tío Luis Mi no se había perdido ninguna fiesta de Encuentro y estaba siempre dispuesto a aportar consejos o entretener a las Tías con sus anécdotas. De Querétaro venían los Champis del desmadre <<ellos sí que saben divertirse>> aseguraba el Tío Camacho, un pariente Bipolar quien ahora se pondría no solo con la casa, sino también con kilos y kilos de cerveza para que no fuera a faltar.
El día esperado llegó, como ya lo mencionamos antes ¿lo dijimos anteriormente? … bueno, fiesta en casa de Tío Camacho, kilos de alcohol circulante, Navarrete, uno de los líderes de “Los Malportados” nos daba unas palabras de bienvenida, le gustaba declamar haikus siempre al calor de la cebada, no se quitaba su parka ni para dormir y algunos debatían si era Mod o vagabundo, bailaba en esa línea divisoria. A quienes más se les temía de este selecto grupo, era a los siameses Krebs y el Fresa, eran cómo la versión moderna de la Tostada y la Guayaba. No tenían llenadera. Aunque de Guadalajara venían dos güeros vendequesos, que tampoco rapeaban mal las cumbias.
Todo hubiera estado bien, habríamos terminado sin percances, de no ser porque al Tío Llerena se le ocurrió mezclar entre las bebidas, unas cuantas Vespas molidas, las Vespas eran cómo 5 escalones más intensas que las tachas (sus antecesoras) muchos le echaron la culpa al Tío Cha, él era el responsable de la seguridad y revisión, de no estar Ya Tan enamorado (¿les habíamos comentado esto ya antes?), se habría percatado de las intenciones de Llerena. El Abuelo Meza que siempre se mantenía guardado en las penumbras tomándole fotos a la Abuela Greta tuvo que salir a calmar las aguas. Ya era muy tarde. El Fresa, Encuentro y Krebs se la habían pasado pachequeándose con Vespas surtidas por Llerena toda la tarde, mientras el Fresa se despachaba a un par de amigas que habían llevado los Malportados, Encuentro y Krebs vomitaban cómo posesos todas las migas de lo ingerido en las últimas horas <<Esos sí son Malportados>> exclamó el Tío Muji. Les había valido un pito que Encuentro apenas y tuviera 5 años. Los Malportados no se habían dado cuenta del desvergue, ya que se encontraban felizmente jugando al burro encebado, una mezcla de burro bala y palo aceitado que venían practicando hábilmente desde la secundaria, pero cuando lo notaron, enviaron a Chepo, Tiburcio y Emma a que calmaran al Fresa, que detuvieran a Llerena y de castigo lo enviaran a Austin o tal vez a Monterrey con el Tío Adams que tenía en aquellas tierras la misión de propagar las enseñanzas Malportadas, aunque se rumoraba, que nomás se hacía pendejo ¡Cuánta calamidad! ¡Cuántas decisiones por tomar! Los parientes de Puebla, les veían a todos como diosito a los conejos, ni se imaginaban que ya se había decidido encasquetarles la misión del 6º cumple, por lo pronto, les dejarían encargado a Encuentro para que lo readaptaran, se pensaba que aún tenía remedio, después de todo, apenas tenía 5 años ¿y Krebs? Se le ocurrió preguntar al Abuelo Gerardo… ese ya no tiene solución, ese sí es un Malportado.
Cocol, tenías razón… sí se podía hacer en el DeEfe.
Abrazos
CarLost